Quien tenga la oportunidad de visitar nuestra Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción podrá descubrir una de las estampas más bellas de las que se registran en nuestras Hermandades y Cofradías.
No es Cuaresma, ni tampoco Adviento, ni se acerca la Natividad del Señor, es Tiempo Ordinario en nuestro calendario Litúrgico, pero aún así, Nuestra Señora la Virgen de los Dolores se nos muestra impecablemente bella con sus atributos de hebrea.
Desde hace unos días, concretamente desde el 15 de septiembre, se nos presenta vestida con el atuendo hebráico, típico de las Dolorosas en épocas como la Cuaresma o incluso la Navidad. Es un atuendo sencillo, obedeciendo a la simplicidad con la que vivía nuestra madre, pero siempre ayudando a representarla como Reina del Cielo y Madre Universal.
Su actual vestidor, don Francisco José Aragonenses, en favor de poner en valor el arte de vestir a la Virgen en nuestra ciudad (desafortunadamente no valorado) está realizando un trabajo en pro de recuperar las antiguas formas de ataviar a nuestra Dolorosa villanovense.
El manto de raso azul, a modo de capa y el velo a modo de toquilla, no hacen sino recordar las formidables estampas de la Virgen que el tan recordado Francisco Horrillo (sacristán parroquial, vestidor, Hermano de Honor de la Hermandad y condecorado con la Insignia Pro-ecclesia et Pontifice otorgada por el Beato Juan Pablo II) nos dejó en favor de ensalzar una de las Dolorosas más importantes del siglo pasado.
Desde aquí, aplaudir constantemente los esfuerzos que desde nuestras hermandades y concretamente desde las priostías se tiene en favor de representar al Señor y a su Divina Madre con la mayor dignidad y presencia posible, trabajando en pro de utilizar el arte y la calidad del mismo como lenguaje representativo de lo que los cristianos consideramos la Perfección.
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