viernes, 17 de agosto de 2012

VIRGEN DE LA ASUNCIÓN: la gran Desconocida

El pasado 15 de agosto, celebramos una efeméride importante para el calendario católico: la Asunción de María a los cielos. Cierto es que en Villanueva tenemos este pasaje perfectamente representado con una de las obras más importantes de la imaginería contemporánea. Y es que la Virgen de la Asunción de don Sebastián Santos Rojas permanece en la retina del recuerdo de cada uno de los feligreses que día tras día y año tras año han asistido a la Parroquia "Grande" de Villanueva.

Imagen de Ntra. Sra. de la Asunción de
Sebastián Santos Rojas.
En la pasada cuaresma, el cofrade local don Miguel Lozano Guisado trató el tema en la novedosa y conseguida revista "Pasión y Música", boletín cofrade editado y producido por la Banda de CC.TT Nuestro Padre Jesús Nazareno de Villanueva de la Serena. Como mención a dicha Imagen Mariana, traemos aquí de manera íntegra el contenido de dicho artículo, poniendo en conocimiento una gran diversidad de datos que el autor nos ofrece tras un exhaustivo trabajo de investigación.


Cuando don Pedro Sánchez de Estrada, maestro constructor del puente de Medellín, proyectó allá por el S. XVII la fastuosa torre de granito de la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, sabía, o al menos lo imaginaba, que dicho templo sería un museo de buena imaginería. Y es que la portentosa arquitectura herreriana que nos ofrece el templo augura tesoros como la Dolorosa de Benlliure, el Crucificado de Gabino Amaya o las tallas de la Inmaculada, el Carmen o la Virgen de Guadalupe de Eduardo Pino.

Acostumbrado a leer bastante en relación a Villanueva de la Serena y su Semana Santa, siempre aflora el sentimiento de orgullo el poder ver el nombre de tu localidad representado en textos donde se alaba la buena imaginería local. Pero existe un problema, una pequeña incoherencia que nos hace esconder uno de los mejores tesoros que poseemos. Quizás por su situación, inaccesible a contemplar todos los detalles de su belleza, quizás porque ninguna hermandad rige unos cultos en su honor o quizás porque no realiza salida procesional. Pero algún factor es determinante en los villanovenses a la hora de no valorar como se merece la talla de Nuestra Señora de la Asunción, obra de don Sebastián Santos Rojas.
El maestro trabajando en el modelado de la peana
de la Virgen de la Asunción de Cantillana (Sevilla),
igualmente a base querubines engarzados en una nube.

En primer lugar, lo más correcto para entender esta gran obra es conocer primeramente algunas nociones en relación a su autor. Conviene conocer los rasgos principales de su biografía antes de poder entender el concepto de imaginería que expresa con la talla de la Virgen de la Asunción, fechada en 1958.

Como breve reseña, destacar que este imaginero sevillano nacido en Higuera de la Sierra en 1895 pronto comenzó a caminar dentro del mundo del arte, acudiendo a las antiguas escuelas de Arte y Oficio de Sevilla, pero no fue hasta bien entrado en edad cuando se dedicó profesionalmente a la imaginería. A comienzos de su carrera y siendo consciente de que vivir de la imaginería, tanto en aquella época como en la actualidad, se presentaba como un reto bastante difícil, alternaba su actividad profesional con la colaboración artística en los talleres de cerámica de Triana.

Imagen de Ntra. Sra. de la Asunción de
Luis Salvador, en Serradilla (Cáceres).
Técnicamente hablando, resalto que nos encontramos con el imagino del barroco del siglo XX, no tanto porque su producción se estile dentro de este período artístico sino más bien porque tanto su técnica como su forma de vida simulaban los patrones seguidos por los imagineros de los siglos XVI y XVII. Sus modelados, su talla así como los entresijos de las policromías y de los estofados de sus obras pertenecen a un escalafón superior. Vivía arraigado a unas profundas creencias religiosas, un profundo misticismo que se convertirían en el vehículo conductor que le permitiría imponer en sus obras una unción sagrada muy profunda. Tanto es así, que disponía de un oratorio doméstico privado dirigido espiritualmente por el padre Ardales. Con todo ello y siempre bajo mi punto de vista, estamos hablando del imaginero más brillante e importante de todo el siglo XX. Entre sus obras, destacamos por supuesto a citada Virgen de gloria, pero sin olvidar su imagen mariana de referencia, la Virgen de la Concepción de la Hermandad del Silencio o la talla cristífera más sobresaliente de todas las que tiene, el Cristo de la Sagrada Cena de la Hermandad del mismo nombre, ambas de la ciudad de Sevilla.

Utensilios de talla y modelado del maestro. 
Particularizando en la obra villanovense, hay varios puntos sobre los que opinar. Como manera formal, decir que es una obra de talla completa, con una altura algo inferior a los dos metros. Su concepción original está basada en otra obra, Nuestra Señora de la Asunción de Serradilla (Cáceres) de Luis Salvador Carmona, fechada en 1749. La fisionomía que presenta la talla es digna de mención, llevando vinculado un movimiento natural muy conseguido, transmisor del arrebato místico del glorioso instante que escenifica, acrecentado por el revoloteo del ropaje y los ángeles que elevan en gracioso juego en diagonales, consiguiendo el típico aparato de teatralidad del barroco. El estudio anatómico de los querubines que sostienen la nube donde se apoya la Señora es puro formalismo barroco. A nivel de policromía destacar el soberbio estofado que cubre el ropaje de la Virgen realizado a la antigua usanza, mediante láminas de pan de oro y pigmentos naturales con un resultado espectacular. Aunque sea una técnica que nació con el Gótico, el estofado fue muy recurrido por la imaginería española durante el barroco y muy especialmente por la escuela andaluza. Es muy común ver esta técnica de policromía principalmente en los atuendos tallados simulando las exuberantes telas (el propio origen italiano de la palabra, stoffa, significa tela rica) con las que siempre se pretende rodear a Cristo, a la Virgen y a los Santos. El análisis del conjunto recuerda a una obra pictórica, concretamente a las de Murillo, famoso por sus representaciones de la Inmaculada, las cuales sufrían un estudio consciente del propio autor dando mayor realismo a la escena.

Imagen de la Divina Pastora de
Aracena, con una policromía similar
a Ntra. Sra. de la Asunción.
Fue una obra tardía en la carrera de este imaginero, realizándola a la edad de 63 años. Este hecho le habría permitido resumir en la Virgen de la Asunción todas las técnicas desarrolladas en su vida profesional, pero estamos hablando de imaginería y concretamente de una imagen de tamaño mayúsculo, por lo que la edad también se convertiría a buen seguro en un factor negativo a la hora de emplear la capacidad física necesaria

Hay muchas historias en torno a esta Virgen de gloria. La que más llama la atención es que es la talla religiosa más costosa del momento, sumando la cantidad de 185.000 pesetas. También, a su llegada a Villanueva, la talla de Nuestra Señora de la Asunción fue expuesta en los escaparates del establecimiento comercial de “Mansilla” de la Plaza de España. Su posterior emplazamiento presidiendo la hornacina central del Altar Mayor de la Parroquia impediría observar con detenimiento toda el detallismo de la obra. Persigue a esta talla la historia de que el Rostro de la Virgen se basa en Pilar, hija del autor, fallecida justo antes de culminarla, por ello, le fue muy difícil desprenderse de la obra. Siendo o no verdad esta anécdota, decir que el rostro de la imagen guarda relación con otras obras marianas del autor como la anteriormente citada Virgen de la Concepción de Sevilla.

Dolorosa de la Concepción de la Hermandad del Silencio
de Sevilla, considerada la mejor dolorosa del S. XX.
Para terminar, señalar que han sido limitados los medios en los que buscar referencias a esta obra, pues su publicidad ha sido escasa o nula en muchos casos. Tampoco es que estas palabras sufraguen ese vacío documental. Como opinión personal, recordar que no hay mejor manera de apreciar y venerar una talla de imaginería religiosa que conservarla de forma correcta, de manera que sea vínculo de unción para muchas generaciones de cristianos. Tesoros artísticos como éste requieren de una atención muy medida para su conservación y de unos conocimientos que no todos los profesionales ofrecen. Aún así, espero pecar de cauteloso y disfrutar por mucho tiempo y en mayor medida de la presencia de la talla de Nuestra Señora de la Asunción. 

Miguel Lozano Guisado
Revista Pasión y Música 2012

Desde aquí, agradecer al autor la colaboración prestada para la disfusión del artículo en nuestra web, que a buen seguro será bien recibido por los cofrades serones. No sobra en estos casos informaciones sobre nuestro patrimonio local, en muchos casos olvidado y menos valorado. Esperamos que con estos pequeñas palabras se siga apostando por la valoración de nuestro patrimonio.

1 comentario:

  1. Enhorabuena!!!, gran artículo. La verdad es que tenemos auténticos tesoros infravalorados.

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